WHY: ¿Cómo llegas tú, principal cabezilla de todo esto, al libro de Casavella? Tampoco es un autor súper conocido…
Llegué a la obra de Francisco Casavella sin intuir la dimensión de una casualidad terrible ya que -supe después- durante años viví en la misma Barcelona de Francisco y sus libros. 6 años de barrio chino en los que no es descabellado pensar que frecuentamos ambientes similares y/o salimos a fumar a balcones cercanos. Por si fuera poco y mirando google maps, Francis y yo éramos casi vecinos.
La primera obra que cayó en mis manos fue «El triunfo» en su edición de Versal, y me quedé prendado leyendo la biografía que ilustraba la solapa. Quise entonces conocer a aquel tipo tan alto, autor de esa fantástica novela. Llegué tarde al diálogo, pero fue por un pelo.
WARUM ¿Qué es lo que sentiste cuando terminaste la triología? ¿Es de esos libros que cambian una vida?
Si bien no creo que la literatura sirva para cambiar la vida de nadie, si es cierto que hay libros que llegan en el momento justo para, al menos, darte un impulso definitivo y a mí «El día del Watusi» me llegó justo en el momento idóneo.
De aquellas, lo poco que tenía en mi vida se resumía a un carné de la biblioteca pública de León, mucho tiempo libre y una nostalgia enorme por el tiempo que pasé en Barcelona. Mi desgracia no acababa ahí ya que tras devorar «Los juegos Feroces» el primer volumen de la edición de Mondadori, descubrí que no había manera humana de hacerse con «Viento y Joyas» en Provincia así que tuve que conseguir el segundo tomo de la manera más peliculera posible, robándolo en una biblioteca de Madrid. Cuando terminé el segundo, volví a las andadas con la tercera parte. Mi primera lectura, pues, de la famosa trilogía fue correlativa al inicio de una lamentable carrera como ladrón de libros. Nunca estaré suficientemente agradecido a Silvia Sesé por sacar la edición del Watusi en Destino. Esa sí que la compré, lo prometo.
HOW Puede que en Barcelona sea difícil de entender como un libro como El Dia del Watusi, tan centrado en la ciudad y que funciona tan bien como crónica, sera una novela amada fuera de la ciudad. ¿Como explicarías tu fanatismo a alguien que no lo entiende?
Entiendo el exceso de celo ante alguien de fuera que imprime cierto entusiasmo para reivindicar la obra de Francisco Casavella, pero tampoco podemos estar esperando toda la vida a que se creen fundaciones, o se cumplan los aniversarios fatídicos para que los libros salgan a la calle y sus autores encuentren un espacio más allá de las mesas redondas subvencionadas. Mi intención primera era reivindicar el libro con un tuit cada 15.08 pero leyendo a Casavella te das cuenta que una mesa redonda llena de articulistas de Prisa hablando de su obra carece de sentido y que sólo un macro festival de rumba podría dar una visión de lo que supone Francis para la literatura española. Salvando las distancias, eso es lo que pretendemos con nuestra fiesta.
Me gustó mucho que la Calders hiciera una lectura del Watusi hace un par de años y lo lógico y normal será que «El día del Watusi» se celebre todos los años en Barcelona y espero que así sea. Yo estoy mirando ya el enclave del tibidabo para futuros años. La pena del 15.08 es que cae mal en el calendario y muchos de los escritores barceloneses están de vacaciones con sus mujeres e hijos en pueblos de la costa y es un poco lío, así que de momento seguiremos celebrando El día del Watusi en provincia, casi sin recursos y mandando mails a todo el mundo para que vengan a conocer León, como si de una película de John Waters se tratara. El día del Watusi pertenece a Barcelona y yo iré encantado al escenario Heineken-Casavella cuando alguien se decida a apostar por ello.
WHERE ¿Por qué os planteáis celebrar El Dia del Watusi en León?¿Cómo empieza todo?
Todo comenzó como una broma privada entre unos cuantos amigos que habíamos leído «El día del watusi» y que, aunque nos veíamos poco, usábamos el 15.08 para reunirnos y vernos de nuevo. Ese brindis sincero y oculto fue creciendo, como pasa con todo aquello que no tiene sentido alguno. Está más que claro que las dimensiones que ha alcanzado esta fiesta no estaban previstas en un comienzo y llevarlo a un terreno tan grande, con una programación musical tan arriesgada, forma parte de la ignorancia e ingenuidad con la que nos enfrentamos a la vida, esto es: al secreto de las fiestas. Ojalá la historia se resumiera a que un día nos levantamos pensando que si queríamos hablar de la literatura de Francis debíamos hacer una fiesta popular basada en su libro, un libro que -además- nadie en León ha leído. Fue más bien que año a año más nos pedía el Watusi para su celebración, como si fuera un monstruo que tuviera que ser alimentado y que a cada paso nos encontrábamos con gente aún más entusiasta que nosotros, como es el caso de Ainhoa Rebolledo, que es la principal responsable de que esto siga en pie y yo no haya tirado la toalla en el intento.